Evita el contacto directo con los dedos, reduciendo la transferencia de bacterias.
No es necesario meter los dedos en los frascos, manteniendo el producto más limpio por más tiempo.
Entrega una cantidad consistente por bombeo (por ejemplo, 0.5ml–2.5ml), evitando el desperdicio.
Ideal para productos sensibles a la dosis (por ejemplo, cremas medicadas, sueros).
Operación con una sola mano (sin desenroscar tapas).
Más rápido y menos desordenado que sacar con cuchara de los frascos.
Sello hermético minimiza la oxidación y la degradación de los ingredientes.
Reduce la exposición a la luz y al aire en comparación con los frascos abiertos.