La clave es la pantalla de mezcla. El proceso de forzar la mezcla líquido-aire a través de la pantalla se llama cizallamiento de flujo laminar. Los diminutos agujeros rompen la película líquida en burbujas microscópicas y distribuyen el aire de manera uniforme, creando una espuma con una estructura de burbujas muy fina y estable. La proporción de líquido a aire está diseñada con precisión (típicamente alrededor de 1:10 a 1:20) para asegurar que la espuma sea húmeda y rica, no seca y que se disipe.